Lorena Gracia
¡Solo quiero estabilidad! ¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase en boca de personas de nuestro entorno? y ¿Cuántas veces la hemos pronunciado nosotros mismos?
Algo es estable cuando se mantiene invariable o inalterable en el mismo lugar, estado o situación.
Desde pequeños nos han enseñado a que la estabilidad es buena, que la estabilidad proporciona seguridad, que hay luchar para conseguirla…. Y una vez que consigues esa estabilidad ya te puedes relajar, has conseguido tu propósito.
Desde mi punto de vista querer la estabilidad nos lleva a mantenernos en nuestra zona de confort donde nos decimos: ¡ya he conseguido el puesto que tanto quería, ya no tengo que hacer nada más!
¡La estabilidad nos lleva a estancarnos! y ¿Qué ocurre cuando el agua se estanca? Se pudre…. Supongo que recordaran la famosa frase de Bruce Lee: “Be wáter, my friend”. Uno de los significados que se ha atribuido a esta frase es la importancia de poner la atención en la adaptación, la anticipación y el uso correcto de las fuerzas tanto propias como del contrario…
La expectativa de estabilidad nos hace perder de vista que vivimos en un mundo de constante cambio. ¿Debemos adaptarnos a los cambios o estamos perdidos?
La necesidad de adaptación y cambio debe de darse tanto a nivel de empresa como de los líderes de las empresas. Cada día nos encontramos con numerosos cambios tecnológicos, de mercado, de condiciones en precio, proveedores… ¿Qué ocurre si nuestra competencia cambia y nosotros no?
¡Si queremos resultados diferentes, tendremos que hacer cosas diferentes!
Estrem pone el foco en que: ¡Transformando equipos, transformamos resultados!
Ahora bien, para transformar equipos necesitamos líderes movilizadores. Y la movilización empieza dentro de uno mismo. El líder es el primero que deber ser consciente de la necesidad de cambio y adaptación. Deben de ser ejemplo e inspiración para el resto de la organización.
…. ¿Pero, tal y como son nuestros líderes en este aspecto, son suficientemente movilizadores?
En el Barómetro Nacional de Liderazgo 2017 Estrem, se refleja que el 73% de los empleados consideran que los líderes no aceptan ni promueven los cambios así como poca predisposición a hacer cosas diferentes, fuera de lo establecido. Es evidente que los líderes no saben manejar a sus equipos en la gestión de los cambios, no saben movilizarles.
¿Cómo vamos a movilizar a alguien si nosotros no creemos en ello o no lo sentimos?
¿Qué les paraliza del cambio? ¿Qué nos cuesta aceptar?
Desde nuestra experiencia la mayoría de las veces no se acepta o no se promueve el cambio por no saber cómo hacerlo o por miedo a evidenciar que como líderes no tenemos las capacidades necesarias para ello.
En otras ocasiones puede ser por estar en nuestra zona de confort y el esfuerzo que se requiere para cambiar es mucho mayor que el beneficio que se obtendría.
En el Barómetro los encuestados han manifestado que los jefes no demuestran una actitud de mente abierta, así como que no ponen la atención en su gente. Están enfocados a la tarea. Sin ser conscientes que las personas son las que dan valor a las empresas.
El 65% de los empleados consideran que en situaciones de conflicto los jefes se centran en justificar el error.
¿Qué impacto tiene esto en los empleados? ¿Qué tipo de liderazgo están utilizando con estos comportamientos?
Justificar los errores y buscar culpables nos impide generar espacios de expresión y crecimiento en el equipo, en muchas ocasiones genera miedo e inseguridad. Así como que los miembros del equipo no sean proactivos y busquen continuamente la aprobación del líder.
Sin darnos cuenta de que de los errores se aprende. Si hiciésemos todo bien no haríamos cosas diferentes y estaríamos continuamente en nuestra zona de confort.
¿Te gustaría realizar todos los días de tu vida las mismas cosas?
PASIÓN, HAMBRE Y GANAS DE APRENDER
¿Qué es antes; la pasión, el hambre o las ganas de aprender? ¿Podemos tener las tres a la vez? … Y ¿ninguna? ¿Qué mueve más?
La pasión se define como una emoción intensa que engloba el entusiasmo o deseo por algo. También se aplica a un vivo interés o admiración por una propuesta, causa, y actividad.
Considero la pasión como el motor de nuestra vida, la energía que nos mueve para conseguir nuestro “para qué”, nuestro propósito.
La fuerza que nos lleva a alcanzar nuestro momento incluso en momentos de adversidad o conflicto. La pasión nos hace ser más resilientes. El esfuerzo que empleamos y la dedicación en la consecución de ese “para qué” realizado con pasión nos lleva a tener menos desgaste que una persona sin pasión.
¿Demostramos pasión? ¿Transpiramos pasión?
Un 77 % de los encuestados considera que sus jefes no les ayudan a conseguir que su trabajo les ilusione. El 72% consideran que sus jefes no consiguen que se esfuercen e intenten mejorar.
Muchos empleados van a cumplir su jornada laboral de una forma automática y se van a casa, no les motiva su trabajo, y no tienen un líder que les guie e inspire en su día a día. No les motivan a mejorar o a que se esfuercen en su trabajo.
¿Qué ocurre para que los líderes actúen de esa manera? ¿Qué necesitan para poder transmitir ilusión? ¿Qué provoca que no pongan la atención en sus colaboradores?
En muchas ocasiones no saben cómo generar ilusión en sus colaboradores o consideran que deben de invertir mucho tiempo y no es importante.
Algunos líderes no se esfuerzan en que sus colaboradores mejoren por miedo a que les superen, a que sean mejores que ellos.
¿Transmites ilusión a tu equipo? ¿Te transmite ilusión el líder de tu equipo?
El hambre entendida como ambición o afán de superación. Hambre de éxito o de poder. No solemos pararnos a pensar “donde nos encontramos y a donde queremos llegar”. Necesitamos ese punto de afán de superación y marcarnos retos para mover, para crecer y para hacer cosas diferentes. Necesitamos tomar consciencia de que recursos y capacidades necesitamos poner en marcha para superarnos a nosotros mismos.
Para llegar al cumplimiento de ese objetivo que nos hemos marcado, para transformarnos.
¿Piensan nuestros colaboradores que los líderes queremos hacer las cosas diferentes? ¿Demuestran los líderes ganas de crecer?
En el barómetro el 74% de los encuestados considera que sus jefes no buscan nuevas formas de mejorar y avanzar en los objetivos de la empresa y facilita la prueba de distintas maneras de hacer las tareas.
Las ganas definido como deseo, disposición o inclinación para hacer una cosa. Para mí las ganas deben ir unida a la curiosidad y a la innovación. Unida a un reto, unida al para qué. Debe de tener sentido para que esas ganas persistan.
¿Cuántas veces hemos empezado actividades nuevas y a la primera dificultad hemos abandonado? Si no hay detrás un propósito o sentido, dejamos de realizar esa actividad rápidamente, puesto que las cosas nuevas requieren más esfuerzo y dedicación al principio. Muchas veces comenzamos a realizar nuevas cosas.
Tanto la pasión, el hambre y las ganas junto con el liderazgo y el trabajo en equipo son claves para el éxito profesional.
¿Demostramos ganas de hacer cosas diferentes? ¿Tenemos ganas de crecer profesionalmente e implicarnos en la transformación de la empresa? ¿Y en nuestra propia transformación?
En el Barómetro los encuestados consideraron que el 77% de los jefes hacen que los trabajadores no vean cómo influye su trabajo en el logro de objetivos de la empresa. El 73 %considera que sus jefes no consiguen que sus colaboradores se comprometan con el logro de los objetivos de la empresa.
¿Qué falta; hambre, ganas de aprender o pasión? ¿Qué te mueve más?
¿Cómo se puede incentivar la pasión, las ganas de aprender o el hambre?
Desde nuestra experiencia puedo decir que se necesita una mezcla de las tres; ganas e ilusión por hacer cosas diferentes, hambre de superarse a sí mismo y sobre todo pasión. ¡Pasión por lo que haces! Y todo ello disfrutando…
Y yo me pregunto…
¿Cómo estoy de pasión? ¿Tengo el respaldo de mi equipo para jugármela? ¿Realmente tengo claro lo que me mueve?
¿Realmente estoy siendo honesto conmigo mismo y con mi entorno?
0 simplemente, siempre encuentro la excusa para no hacer.
Quien quiere hacer algo encuentra un medio, quien no quiere hacer nada encuentra una excusa…
Y piensa en esto, “siempre existe una razón para no hacerlo”. Tú puedes siempre encontrar una excusa, pero tú siempre puedes también encontrar la inspiración”
¡¡¡Haz que ocurra!!