Lorena Gracia
“Lo único constante es el cambio”, Heráclito.
La sociedad, la tecnología, los clientes, los proveedores… están en constante cambio, y parece que a las organizaciones nos toca por ello. ¡Las organizaciones deben transformarse continuamente y evolucionar!
Transformarnos a nivel personal como organizacional, implica la necesidad de aprender cosas nuevas, a nivel individual y como equipo. Necesitamos que nuestras organizaciones aprendan.
Y una de los aprendizajes claves a realizar es el de pasar de líder a manager. Los managers hemos convivido en las organizaciones con la firme creencia de que nos pagan por lo que sabemos, seguro que alguien alguna vez te ha dicho: “solucióname esto, que para eso te pagan”. Es como que tenemos que saberlo todo y que tenemos que dar las soluciones a cada problema… ya, en el mismo momento.
Si soy el jefe pienso que debo dar solución y saber todas las respuestas que me plantean mis colaboradores. Si soy un colaborador considero que mi jefe esta para solucionar.
Ahora bien, si todo evoluciona…. ¿lo que sabemos hoy nos servirá dentro de unos años?
Estudios científicos demuestran que los conocimientos que tenemos hoy no nos servirán de nada en 10 años.
Ha cambiado varias veces porque ha aprendido cosas nuevas y ha tenido experiencias que le han llevado a interactuar de otro modo.
Para evolucionar y cambiar hay que aprender. No nacemos con todo aprendido, y menos mal, seria aburridísimo saber hacer de todo. No existiría la curiosidad, no habría espíritu aventurero de conocer y hacer cosas diferentes. Estaríamos en una rutina continua. ¿Cuántas veces soñábamos de niños con ser nuestro héroe o encontrar un tesoro escondido? ¿Cuándo hemos dejado de visualizar esos sueños?
De pequeños sentíamos que nos íbamos a comer el mundo…. ¿Qué te impide hacerlo hoy?
Cuando terminamos la Universidad o los estudios que hemos decido realizar, muchas personas piensan que ya han aprendido, que ya saben cómo hacer las cosas y que en estos momentos solo hay que llevarlo a práctica. ¡Ya no tendré que estudiar más, ni tendré más exámenes! ¿Cuántos estudiantes han pensado o expresado esto?
Imagínense a un estudiante de Derecho…. Las leyes están en constante cambio. Muchos estudiantes se examinarían con unas leyes que a la hora de ejercer la abogacía estaban derogadas. ¿Si estas personas no siguieran aprendiendo nuevas leyes que ocurriría? ¿Les gustaría que les defendieran con leyes obsoletas? Y así con todo en la vida….
Conforme vamos creciendo nos olvidamos que aprendemos todos los días. ¿O nacieron sabiendo montar en bici, comer, escribir…? Consideramos que son cosas básicas y les vamos restando valor conforme pasa el tiempo.
Y así llegamos a nuestro día a día. Nos sumergimos en una rutina y consideramos que ya sabemos hacer todo, como conozco mis tareas y llevo tiempo trabajando con mi equipo…. ¡hago lo de siempre!
¡Lo que marca la diferencia en la actualidad es la organización que aprende! Si queremos conseguir resultados diferentes, tendremos que hacer cosas nuevas.
Hacer cosas nuevas implica que no sabemos, o no hemos tenido la necesidad de aprender hasta ese momento. Ahora bien, eso no quiere decir que no seamos capaces de aprender.
Para aprender… ¿Qué se necesita? Ganas, ilusión, querer…. Bien, un poquito antes tenemos que ser conscientes de que no sabemos. ¡Sé, que no sé!
Desde nuestra experiencia, un requisito fundamental a la hora de aprender es la humildad. Y debemos tener en cuenta que en cada cambio o progreso hay implícito un aprendizaje.
¿Qué es la humildad? ¿Para qué es necesaria la humildad?
La palabra Humildad proviene del latín humilitas,“pegado a la tierra”. La humildad es una virtud moral contraria a la soberbia, que posee el ser humano en reconocer sus debilidades, cualidades y capacidades, y aprovecharlas para obrar en bien de los demás, sin decirlo. La humildad permite a la persona ser digna de confianza, flexible y adaptable.
La persona humilde no se siente por encima de los demás. Aprende a darles valor por encima de sí mismo. Busca su grandeza y la de los demás.
Esa posición de no sentirse superior le permite crecer, adaptarse y aprender.
La humildad nos lleva a ver las cosas de una manera “objetiva”, puesto que nos hace conscientes de nuestras propias carencias o capacidades. Nos lleva a poner el foco en las cosas que podemos mejorar o aprender.
También va de la mano de la aventura, nos presenta un desafío, un reto con nosotros mismos que nos permite salir de la rutina y zona de confort. Permite ponernos objetivos y metas así como planes de acción para conseguirlos.
¿Tenemos líderes humildes en las organizaciones?
La humildad nos permite crecer y acompañar a los demás en su crecimiento. Un líder humilde crece y hace que su equipo crezca y se transforme.
En el Barómetro Nacional de Liderazgo 2017 Estrem, los encuestados perciben que el 76% de los Lideres no son conscientes de sus limitaciones y no se esfuerza por superarlas.
Si no somos conscientes de nuestras limitaciones no haremos nada por superarlas. Muchas veces nos dan Feedback, ahora hasta que no hagamos un ejercicio de reflexión y tomemos consciencia de ello, no moveremos a desarrollar las capacidades que se requieren. Nos cuesta ver nuestros errores o ámbitos de mejora.
En el Barómetro Nacional de Liderazgo 2017 Estrem según la percepción de los encuestados el 76% de los líderes no saben cómo hacer mejor el trabajo de su equipo.
Otro caso que nos podemos encontrar es que al no ser humilde no reconocen sus carencias y sus áreas de mejora, por ello se plasmó en el Barómetro que según la percepción del 80% de los encuestados los Lideres de nuestras organizaciones actuales actúan como si lo supieran todo.
En este caso muchos de ellos tienen la creencia que el Líder debe saber todo, solucionar todos los problemas y saber más que nadie. Dicha creencia es una trampa, en múltiples ocasiones les impide aprender o avanzar, puesto que sí reconocen que no saben es igual a quedar en evidencia.
Sin ver la importancia que tiene que un líder no tiene que saber todo, -eso es imposible, los conocimientos cambian a diario-, un líder tiene que tener la capacidad de aprender y adaptarse al medio.
Lo que más me preocupa es el resultado del Barómetro que arroja que un 74% de líderes sobrevaloran su importancia en la empresa.
¿Si me considero importante en la empresa, cambio? ¿Si ocupo este puesto es porque ya sé todo? ¿Y si hago cosas diferentes y me equivoco?
Y yo me pregunto…. Si hemos aprendido y avanzado hasta alcanzar ese puesto…. ¿Por qué cuando soy líder freno mi aprendizaje?
Para nosotros la humildad no va solo ligada al aprendizaje. Se refleja también en la apertura y en el crecimiento, en definitiva, en crear entornos de aprendizaje tanto en el cómo en sus colaboradores.
Si no mostramos apertura es una evidencia de que no hay humildad. ¡Ya se suficiente o esta es la mejor manera de funcionar! ¿Para qué voy a abrir mi mente a nuevas cosas?
En el Barómetro de Liderazgo de Estrem se observa que un 32% de los líderes demuestran una actitud de mente abierta a nuevos retos.
¿Si no abrimos la mente a nuevas formas de interacción vamos a avanzar?
Las organizaciones están ancladas a viejos procesos o formas de gestionar, sin darnos cuenta que cambiando pequeñas cosas conseguiríamos un gran impacto y muchas más alternativas de actuación.
En dicho Barómetro la percepción de los encuestados refleja que solo el 20% de los líderes utiliza situaciones de error como oportunidades de mejora.
Una persona que no es humilde no es capaz de ver que del error se aprende. Te lleva a realizar diferentes comportamientos y acciones para obtener diferentes resultados. Al no ser capaz de ver nuestro margen de mejora nos limitamos enormemente, seguiremos actuando de la misma manera y obteniendo los mismos resultados.
Necesitamos personas en las organizaciones que sean humildes, que reconozcan sus áreas de mejora y que vean el impacto que tiene tanto en ellos como en sus equipos. Uno de los peores enemigos para los equipos y las organizaciones es el orgullo. El orgullo la mayoría de las veces no nos deja ver nuestros puntos de mejora.
La humildad te reta a conseguir nuevas metas, desafíos, a crecer…. Finalmente te sumerge en una aventura…. ¿Te atreves?