El sentido del diálogo

Julián Trullén. Cambiólogo®

¿Dialogamos o negociamos? ¿Dialogamos o tratamos de convencer? ¿Dialogamos o imponemos o quizás justificamos? O quizás no somos conscientes de lo que hacemos…

Etimológicamente Dialogar es “a través de “ “del significado de las palabras”, y sugiere una corriente de significados que fluye entre, dentro y a través de los implicados según David Bohm.

El diálogo nos lleva a crear un nuevo significado, una nueva comprensión, algo creativo que no se hallaba al principio. Y este significado compartido es el aglutinante, el cemento que sostiene el vínculo entre las personas y entre las sociedades. Dialogar precisa de poner en suspenso nuestras propias ideas, creencias y temores, y acercarnos con curiosidad para poder escuchar al otro.

El sentido del diálogo es diferente a negociar, imponer, convencer…nadie trata de ganar y si alguien gana, todos ganan. No jugamos contra los demás, sino con ellos.

Esto es lo que hace complicado el diálogo, pues tendemos a defender nuestras creencias más profundas (ideas, intereses sobre lo que consideramos más importante). No siempre dialogamos, aunque creamos que sí, aunque nos engañemos, para ello es necesario ser conscientes de lo que nos bloquea y nos aparta de la comunicación (que significa “hacer común”), que suelen ser ciertos bloqueos consecuencia de preguntas que nos hacen sentir miedo o placer.

Nuestras opiniones están basadas en nuestra experiencia pasada, o sobre lo que otras personas han dicho, y esto está impreso en nuestra memoria. Y nuestro pensamiento es fruto de nuestra memoria. Podemos pues identificarnos con nuestras opiniones y reaccionar para defenderlas, ya que lo experimentamos como agravio personal. Cuando experimentamos esto es porque les damos el sentido de verdades, aunque solo sean opiniones creadas por nuestro pensamiento o nuestro entorno. El imponer es tratar de que las personas hagan lo que queremos.

La discusión subraya el concepto de análisis, de personas que sostienen puntos de vista diferentes, y que conciben y desmenuzan las cosas de modo distinto, cosa que tiene su importancia pero que resulta limitado y que no les permite transcender la divergencia de los puntos de vista. En este sentido la discusión es un pimpón de idas y venidas cuyo objetivo es con-vencer. También solemos defender nuestras opiniones. Aunque en el fondo no tiene mucho sentido, ya que si son verdaderas, para qué defenderlas, y si son falsas, mejor cuestionarlas, como señala Bohm.

En @Estrem2015 somos expertos en generar espacios de diálogo, y sabemos cómo crear relaciones poderosas en los equipos.

Somos expertos en enseñar a liderar, desarrollar equipos y transformar la cultura.

Julián Trullén

Cambiólogo®